Este fin de semana he aprovechado para asistir a la exposición temporal que el MARQ de Alicante, dentro del marco de la celebración del Año Dual España-Rusia 2011, está exhibiendo desde abril hasta octubre de este año: Ermitage. Tesoros de la Arqueología Rusa. La exposición representa en 3 salas una muestra de las colecciones arqueológicas más importantes del mundo, conservada en el Museo del Ermitage de San Petersburgo, fruto de una amplia trayectoria de investigación en los territorios de la Federación Rusa y de los países limítrofes.
He de decir que soy asiduo a la exposiciones que organiza el MARQ, porque me resultan interesantes y nos acercan las muestras arqueológicas que albergan otros museos importantes, y que quizá nunca pueda llegar a contemplar in situ. Pero lo que me sorprendió, y no gratamente, fue la falta de respeto de ciertos visitantes en la exposición. Se que es casi una utopía poder visitar un museo sin que nadie más lo esté visitando, pero lo que sí se es que un museo no es un mercado, ni tampoco una peluquería. Evidentemente tampoco se puede obligar a que haya un silencio sepulcral, no es un recinto religioso. Tachadme de antiguo, pero no entiendo por qué se permite que los visitantes griten incluso cuando han sido advertidos con los shhhh de los vigilantes de seguridad en más de una ocasión, personalmente me daría vergüenza. A lo mejor soy yo el raro, ya que me gusta contemplar y comentar las obras que se exponen en petit-comité.
No es la primera vez que me pasa. Evidentemente, en otros museos y salas de exposiciones también ocurren estos desafortunados incidentes, pero sí ha sido la primera en el MARQ. Espero que por el bien de las personas que pagan e invierten su tiempo asistiendo a varios kilómetros de distancia a estas exposiciones se haga hincapié en informar a los visitantes y eduquen a los vigilantes para que no permitan que ocurran estos incidentes.
En la página web del Museo del Prado se recomienda para la visita que “por su propio beneficio y el del resto de visitantes procure no utilizar el teléfono móvil y utilizar un tono de voz bajo para contribuir al clima de tranquilidad y reflexión que requiere el disfrute de las obras de arte”. En la web del MARQ ni siquiera aparecen unas recomendaciones básicas, es una pena.
Así que te pregunto, ¿se ha perdido el respeto en los museos?, ¿debería existir una educación museística?, ¿os molestan estos comportamientos?
Aquí la respuesta a tus últimas preguntas:
Por supuesto que ese nefasto comportamiento me molesta, pero más si proviene de personas adultas y con conocimiento (como se suele decir «hechas y derechas»). Estoy totalmente segura de que si el vigilante de aquella sala nos hubiese llamado a nosotros la atención, los restantes asistentes a la exposición hubiesen pensando algo como «esta juventud… no tiene respeto por nada». Esa falta de educación museística está en todas las generaciones, unos por falta de respeto, no ya a los museos en sí sino a las personas que disfrutan del silencio y del arte, y otros por aburrimiento y cansancio, entre otras muchas cosas.
Muchísimas gracias Marian!
Tu gran comentario completa el post. Espero seguir contando contigo por aquí!
Totalmente de acuerdo con los dos! De todas formas siempre lo peor de lo peor, al menos en mi opinión, es tener que estar compartiendo el museo con una excursión… y si encima son adolescentes…!
P.D. Felicidades por tu blog, ya era hora!
P.D.D. No seguirás poniendo tu coletilla? Si mola :D
Gracias Rebeca por el comentario!
La verdad es que las excursiones, si nos referimos a los de niños y adolescentes, son algo que puede llegar a molestar (pero no siempre), por eso desde esas edades hay que educarlos correctamente de forma que cuando asistan a un museo sin una obligación educativa, sino porque les interesa personalmente, sepan como tienen que comportarse y conozcan las normas básicas a respetar.
No tranquila, mi coletilla es única y exclusivamente del blog de Los Opinionistas. ;-)