Sí, este es otro post más sobre el tema de la semana, del mes, del año, quién sabe si de la década o incluso del siglo. Un temita que se convertirá, si no ha ocurrido ya, en algo tan odiado por la mayoría social como la canción del verano y que se ha colado en la cultura popular como un elefante en una cacharrería. Bueno a lo que iba, Felix Baumgartner y Red Bull Stratos, el hombre al que tantas veces cambió de apellido (digno de volcán islandés) el comentarista de Teledeporte y el último proyecto de la mega empresa austriaca de bebidas energéticas convertida, casi sin que nos hayamos dado cuenta, en generadora de contenido a nivel planetario, similar al de Disney. ¿Te suenan de algo verdad? Espero que sí, porque intentaré contarte lo menos posible sobre el tema, aunque si te pica la curiosidad puedes buscar en Google e infoxicarte a gusto.
Este es uno de esos posts viscerales que escribo con mala leche y con la ironía justa y necesaria que me gusta. Ah, y no tiene nada que ver con el turismo. ¿Por qué tanta agresividad? Pues porque se me han hinchado los mismísimos con tanto comentario estúpido y opinión sin sentido. Así que si todavía no te has ido del blog y quieres seguir leyendo quedas avisado: es posible que no te guste.
¿Quién es ese austricado de nombre de gato animado y apellido impronunciable? Un ex-militar del ejército de 43 años reconvertido en paracaidista extremo, campeón del mundo de salto B.A.S.E. (Building, Antenna, Span, Earth) y poseedor de numerosos records mundiales desde 1997. ¿Cuántos saltos habrá dado este hombre en su vida: 1500, 2000 o 2500? Los suficientes para lograr hacerse un hueco en el mundo de los deportes extremos y labrarse una más que digna reputación durante estos últimos 15 años (desde su primer record, claro). Es decir, en una figura muy respetada en un campo lleno de dementes que normalmente no le tienen ningún valor a su vida. ¡Qué fácil resulta decirlo tumbado en un sofá mientras crece tu barriga! Está en nuestra cultura (la española), la de hablar por hablar, opinar por no tener la boca cerrada y decir tonterías sin saber nada del tema en cuestión. El ser humano por naturaleza intenta superarse, alcanzar sus propios límites y correr los riesgos justos con el objetivo de no ser uno más. Mucha gente tiene aspiraciones y esto no todo el mundo ni lo ve ni lo valora, es mucho mejor tuitear gilipolleces dentro de la comodidad de una burbuja, desde la famosa zona de confort, ¿no crees?
¿Y qué es Red Bull Stratos? Un proyectazo que esta empresa austriaca se ha sacado de la manga con el objetivo de hacerse aún más grande, en todos los sentidos. Una estructura privada creada para vender bebidas energéticas (y que no se nos olvide: obtener beneficios) que se ha transformado en una lovemark. Lo que está entre paréntesis es necesario tenerlo muy en cuenta porque leer cosas del tipo: «vaya malgasto de dinero, con lo mal que está el mundo y el montón de familias pasando hambre, ya podían haberlo gastado en otra cosa» ¿Sí? ¿En qué? ¿En dártelo a ti para que escribas estas frases «tan humanas» desde tu iPad/iPhone sentado/a en tu chaiselonge de 3000 euros? ¡Venga va, qué buenos somos todos (de cara a la galería) cuando el dinero no es nuestro! Red Bull Stratos ha sido un proyecto gestado durante 5 años, formado por grandes profesionales del mundo en su campo, entre ellos meteorólogos, científicos e ingenieros, liderados por el hombre que ostenta el record en caída libre de más duración, Joe Kittinger y en la que se han invertido 50 millones de euros. Está en los genes de Red Bull invertir en deportistas tachados de locos y ganar millones gracias a ello, crear eventos deportivos impensables en lugares recónditos del planeta, mover a millones de espectadores que compran sus bebidas (y su merchandising) y conseguir que sus seguidores sean tan fieles como los fanboys de Apple o quizás más. Su famoso eslogan lo dice todo.
Lo peor de esta hazaña es que sois muchos los que queríais que Felix Baumgartner se estrellara, se desintegrara, hiciera pum o cualquier otra burrada similar. Es una lástima desear/querer la muerte de una persona por mucho que la taches de insensato, idiota y todos los adjetivos descalificativos que se te ocurran. Te invito a verlo de otra forma, esas dos horas y media (con suerte, 15 minutos) que estuviste delante de la pantalla se parecen mucho a cuando tus padres o tus abuelos vieron a Neil Armstrong pisar la Luna. Es algo muy grande, es un acontecimiento histórico. Con suerte le podrás contar a tus hijos, nietos o bisnietos (si la ciencia quiere) que una marca de bebidas energéticas austriaca inventó el marketing estratosférico, que 8 millones de personas vieron simultáneamente en directo esta hazaña a través de Youtube, que un ser humano superó la barrera del sonido con un traje de cuatro capas y que Red Bull recaudó el doble de lo invertido en sólo 2 días. El resto se lo dejo a los conspiracionistas.
¡Wow! ¡Un post espectacular, con tu marca personal y como a mi me gusta: repleto de sarcasmo!
¿Qué Red Bull ha invertido mucho dinero? Pues sí, pero ¡ha sido un acontecimiento histórico! Alegrémonos de que se han conseguido retos casi mágicos impensables hasta ahora, de que pasen cosas buenas y de que nuestro siglo no sólo esté marcado por guerras, revoluciones, y crisis social y económica.
¡Felicidades Juando!
De vez en cuando está bien volver a los orígenes, ¿no crees? :P
Muchas gracias Marian por esas palabras llenas de razón, esperanza y optimismo.