Turismo y videojuegos: Assassin’s Creed II

Después de una larga espera, ya tengo preparado el primer post sobre turismo y videojuegos. Y para inaugurarlo, que mejor que empezar con uno de los juegos que más éxitos ha cosechado desde su salida al mercado, la segunda parte de la saga multiplataforma Assassin’s Creed. Quien no haya tenido el placer de disfrutar de esta épica aventura que mezcla deliciosamente la historia con la ficción, solo preguntarle una cosa ¿a qué estás esperando?

En esta segunda parte nos ponemos en la piel de Ezio Auditore da Firenze, un joven florentino de clase media, cuya familia compite directamente con otras nobles proles ávidas de poder en una de las épocas de mayor esplendor artístico, literario y científico de la historia como es el Renacimiento.

Para no spoilear a nadie, no diré nada sobre la intensa e intrigante trama. Me dedicaré única y exclusivamente a presentar las ciudades y regiones por las que se desarrolla la historia.

Empezaremos en la ciudad donde surgió el Renacimiento, Florencia. En el año 1476, Ezio camina por el centro de una ciudad que cinco siglos más tarde sería declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, considerada una de las cunas mundiales del arte y de la arquitectura. En aquella época los Medicis gobernaban la ciudad (no sin sobresaltos), hacían levantar edificios de uso público y se patrocinaba a talentos como Miguel Ángel, Leonardo da Vinci o Botticelli.

En la ciudad destacan obras medievales y renacentistas como la Piazza della Signoria donde se encuentra el Palazzo Vecchio y la Loggia dei Lanzi, el conjunto monumental de la Piazza del Doumo (Santa María del Fiore, el Campanile de Giotto y el Baptisterio de San Juan), el Palazzo Medici, el Ponte Vecchio, el Hospicio de los Inocentes, las numerosas iglesias y basílicas como la de Santa Croce o la de Santa María Novella; todas ellas reconocibles en el juego. Otros, por ejemplo, han desaparecido, como el Mercado Viejo convertido ahora en la Piazza della Repubblica y otros son ficticios como el Palacio Auditore, la Casa de los Vespucio y el burdel La Rosa Colta.

Dejando atrás Florencia, nos dirigimos a través de la Toscana hacía Monteriggioni, una pequeña ciudad medieval completamente amurallada, construida en el siglo XIII por los señores de Siena. En el juego Monteriggioni es propiedad del tío de Ezio y debemos reconstruirla restaurando nuevos comercios y mejorando los ya existentes, comprando cuadros de grandes artistas italianos de la época, etc., con el objetivo de atraer más población.

Monteriggioni se encuentra a 50 kilómetros al sur de Florencia y en la actualidad atrae a numerosos turistas gracias a que sus murallas y edificios se encuentran dentro de los mejores ejemplos conservados de su clase de toda Italia, aspecto que sirve de atractivo también a arquitectos, historiadores medievales y arqueólogos.

En el momento que salimos de Monteriggioni es cuando empezamos a disfrutar del esplendor de la Toscana Italiana. Aunque me haya quedado un poco “cursi”, ¿quién no ha deseado visitar (si es que todavía no lo ha hecho) esta región turística por excelencia de Italia? Revistas, libros y películas nos han puesto los dientes largos durante años y, ahora, llega la industria del videojuego y nos lo vuelve a plantar delante; es algo sorprendente. Conociendo esto llega un punto en el que hay que preguntarse si estos destinos, dentro de su promoción, tienen en cuenta todas las potenciales industrias (incluso la del videojuego) para darse a conocer..

Bueno, retomando el viaje, llegamos a San Gimignano, otro pueblo amurallado de origen medieval reconocido mundialmente por sus altas torres; éstas fueron construidas por los ciudadanos más adinerados, compitiendo entre sí para ver quién tenía más riquezas. Algo así como el típico español (¿antes de la crisis?) que competía con su vecino para ver quien se compraba el mejor chalé o el mejor coche.

Situada a unos 25 kilómetros al noroeste de Monteriggioni y a unos 60 kilómetros al sur de Florencia, San Gimignano ha logrado conservar cerca de 15 de sus 72 torres de diferentes alturas. Además, su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990, en el que, como en el juego, podremos verla Piazza del Duomo, el Palazzo Comunale y diversas torres: la Torre Rognosa, la Torre del Diavolo, la Torre Grossa y las Torres dei Salvucci.

Como curiosidad, y si seguimos la trama del juego, en las inmediaciones de San Gimignano encontramos el monasterio de Monte Oliveto Maggiore, pero realmente este monasterio se encuentra a casi 80 kilómetros de San Gimignano. Además, también podemos descubrir la Villa Salviati, pero, al igual que el monasterio, la ubicación real de la Villa es la ciudad de Florencia.

Es el momento de hacer un largo trayecto desde la Toscana hasta la Romaña, cruzando los Montes Apeninos, para llegar a la ciudad de Forli, la cual luchó, como muchas otras, contra la propia naturaleza para desviar el cauce del río, cuyas aguas hinundaban constantemente la ciudad. En el juego, Forli está representada con unas murallas oscuras y rodeada a modo de foso por las aguas. Pero no ha corrido la misma suerte que sus compañeras toscanas y las murallas han sido sustituidas por casas y edificios; más conocido como “el progreso”.

Forli está situada a unos 100 kilómetros al nordeste de Florencia y en ella podremos visitar la Rocca di Ravaldino, una fortaleza construida sobre una planta cuadrada y con imponentes torres en las esquinas que sirvió de refugio a Caterina Sforza ante el ataque de César Borgia en 1500; y la Abadía de San Mercuriale, de estilo románico lombardo, que con 75 metros de torre es una de las más altas de Italia.

Tras dejar Forli en barco (solamente en el juego, ya que en realidad se encuentra a 30 kilómetros de la costa), navegamos por el mar Adriático dirección norte hasta llegar a la ciudad de los canales, Venecia. Y que decir cuando se ha dicho todo de esta ciudad. Una ciudad de extremos: hermosa y decadente. O te gusta o la odias, pues no hay sitio para el término medio. Centro estratégico de gran parte de las históricas flotas que dominaban el Mediterráneo desde finales del siglo VII, consiguió ser a finales del siglo XV la ciudad más rica del mundo y la segunda mayor de Europa por detrás de Paris.

Situada en una laguna a más de 270 kilómetros al nordeste de Florencia, gran parte de la trama del juego se desarrolla en una Venecia fielmente (y digitalmente) reconstruida. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1987, en ella, como en el juego, podemos contemplar el conjunto de la Plaza de San Marcos con la Basílica, el Campanille, la Torre dell’Orologio y el Palacio Ducal; el Puente de Rialto (que en el juego está en pleno proceso de reconstrucción), el Arsenal de Venecia, la Escuela Grande de San Marcos (convertida ahora en el hospital civil de Venecia), el Squero di San Trovaso y numerosos edificios religiosos como la Basílica Santa María Gloriosa dei Frari o la Iglesia de la Madonna dell’Orto.

Y como colofón final a nuestra visita (virtual) por la Italia del Renacimiento, Roma, la capital del país, hace de escenario principal. Aunque no tendremos la oportunidad de pasear libremente por ella y sólo veamos (desde lejos) el Castillo de Sant’Angelo, tumba del emperador romano Adriano, sí podremos acceder al interior de la Basílica de San Pedro, levantada sobre las ruinas del antiguo circo de Nerón, y a la Capilla Sixtina, donde únicamente veremos las pinturas de Perugino, Botticelli y Ghirlandaio, ya que Miguel Ángel terminó su obra en 1512.

A los que no conocíais el juego, espero que os haya “entrado el gusanillo” de jugar y disfrutar con su impresionante historia. A los que sí lo conocíais, seguro que habéis pasado unas horas increíbles. Y a todos deciros: espero que este post os haya gustado y además ayudado a conocer o descubrir nuevos destinos!