Hacía tiempo que no cogía el tren para desplazarme, en este caso de Elche a Alicante, ya que cuando era pequeño escaparse a la capital era más una costumbre que una necesidad, al contrario de lo que me ocurre ahora. De mis primeros viajes todavía recuerdo esos sonidos tan característicos que se producían por el rozamiento de las ruedas sobre los raíles y del bamboleo casi constante de todo el vagón, ambos todavía hoy se escuchan y se notan. Recuerdo al revisor con su típica gorra pidiéndonos los billetes y también cómo se movían los respaldos de los asientos según la dirección que llevara el tren, aquello era un ejercicio de estrategia mental que más de una vez me jugaron una mala pasada. Lo más curioso es que aunque todo esto no haya cambiado, todavía sigo preguntándome si el color amarillento de las paredes venía así de casa, ¿no te has fijado nunca?
No existe un color menos atractivo para un tren. Por fuera es rojo y blanco, no está mal, se parece a las ambulancias, de 20 metros y sobre raíles, los reconocerás sin problema. ¿Y por qué se que son blancos? Porque se nota, se percibe debajo de la suciedad que deja un mano arrastrada por la superficie. Esto es comprensible, no le voy a dar mucha caña. Pero por dentro parece que se ha quedado entre el blanco y el marrón (por llamarlo de forma suave). Ni siquiera existe un mísero cartel, pegatina o póster que disimule su monótono y cansino color. Seguro que antes de bautizarlos y ponerlos a rodar sobre los raíles en el departamento de marketing o zona de elección de colores, hicieron un estudio psicológico sobre lo que transmitían unos colores y otros. Vale, enhorabuena, ya tenemos otro motivo por el cual Renfe (otra empresa pública que pagamos todos de nuestros bolsillos) tiene pérdidas año sí, año también.
Se que no debería meterme donde no me llaman, ¡pero es que llevan provocándome casi 2 semanas! A ver, voy a ir por pasos. Primero me cobran, por hacer poco más de 20 kilómetros (ida y vuelta Elche-Alicante-Elche serían unos 45) la friolera de 4 eurazos. Antes de subir al cercanías se nota lo viejo que es y cuando estás arriba su aroma a rancio penetra sin control en la nariz. Si tengo suerte puedo encontrar sitio (tarea complicada a primeras horas de la mañana y de la tarde) y sentarme en unos asientos que, por varias comprobaciones olfativas, son el origen de ese extraño olor. Sino puedo ir preparando las piernas para estar cerca de 30 minutos de pie; pero no pasa nada, ya tendré tiempo de quejarme de esto. Ahora me quejo por tener que contemplar esas paredes lisas y sin vida. Aunque llevándome un libro o cualquier otro entretenimiento visual el problema estaría solucionado, ¿no?
Pues siendo un tren que recorre 200 kilómetros de vías férreas de dos de las provincias que más turismo es capaz de atraer de todo el Mediterráneo, habría que empezar a tomarse en serio una restructuración del interior de los vagones (y no digo de ponerlos nuevos) para que los pasajeros aprovechen el tiempo en ver que existe una oferta turística complementaria y no únicamente un trayecto insulso hasta llegar a su destino. Por ejemplo, si en el Alvia puedes entretenerte leyendo «Paisajes», la revista publicitaria-turística de Renfe; en los cercanías se podrían forrar las paredes de cada uno de los vagones, y los pasillos que separan éstos, con la oferta turística de diferentes municipios. Eso sí, siempre que se saque un beneficio económico que repercuta en los pasajeros, ¡y no estoy pidiendo que se baje el precio del billete, aunque estaría muy bien!
En fin, todo esto me lleva a hacerme unas cuantas preguntas: ¿Renfe sabe cuántos turistas utilizan el cercanías de Alicante a Murcia, pasando por Elche y Orihuela, y todo lo que estamos perdiendo por su falta de visión? ¿Cuántos impactos publicitarios se conseguirían si en esas paredes amarillentas se pusieran carteles, pegatinas o se forraran con información turística? ¿Por qué me cobran 4 euros por un trayecto relativamente corto cuando podrían estar sacando tajada económica (sí, la empresa pública) gracias a la publicidad en el tren y con ello bajar el precio de los billetes? ¿Dónde se encuentra la falla que le genera pérdidas año tras año, en el departamento de colores de vagones? ¿Utilizamos un transporte anticuado porque es (supuestamente) más ecológico o porque nos hemos enganchado a ese color amarillento? Ufff, con tanta pregunta se me ha ido el santo al cielo y llego tarde a coger el tren.
Imágenes de Flickr: arriba a la izquierda de eldelinux y abajo a la derecha de ramonduran bajo licencia Creative Commons.
Como me ha molado el post, aunque siento discrepar con la opción de forrar el interior de los vagones con publicidad…creo que bastante publicidad nos tragamos el resto del día como para encima tragártelo durante los 20, 30 o 40 minutos que vas en un cercanías.
Cada uno tiene su opinión del tema, no te voy a quitar la razón, pero, ¿tú crees que nos tragamos bastante publicidad? ¿a qué medios te refieres cuando lo dices: televisión, internet, prensa, radio, exterior…? Si cada vez pasamos más tiempo fuera de casa, los impactos directos que podemos sufrir no son tantos porque al final ni te fijas en ellos. La cuestión es si esa publicidad que se puede implantar en el tren es lo suficientemente creativa (o novedosa) como para no percibirla como «más publicidad». ¡Ingenio al poder!
¡Gracias por tu comentario! ;-)
Bueno bueno bueno… vayamos por partes… La publicidad en los trenes existe, eso sí, en ese cercanías que tantísimo he utilizado durante años y que pasaba por debajo de mi instituto en Elche, no hay nada de nada. Ese cercanías depende de Renfe… En cambio, si coges el Tram en Alicante, o el antiguo Trenet que te lleva desde Alicante creo que hasta Denia, hay publicidad. Hay publicidad fuera del vagón y dentro. Incluso hay pantallas que pueden reproducir vídeos publicitarios como ocurre en el Aerobús que te lleva en Barcelona desde la Plaza Cataluña hasta el Aeropuerto del Prat.
Ahora… también te digo que tanto el Aerobús como el Trenet, son mucho más turísticos que el cercanías Alicante-Murcia. El cercanías es un tren que va por el interior, que pasa por toda la Vega Baja y que llega hasta Águilas si no recuerdo mal. El tramo turístico es escaso, la verdad, pero eso no quita que pudieran explotarse los vagones (y sin necesidad de ser de Al Qaeda). Forrar el interior de los vagones con publicidad, no me parece buena idea. Limpiarlos? Pues sí, eso sí, desde luego. Una manita de amoniaco y agua lo dejaría de lujo. Lo que podrían hacer son vagones temáticos. Cada vagón de un pueblo de la zona, con información sobre el mismo y unas cuantas imágenes, así se potenciaría además el «desarrollo local», el turismo de interior y muchos incluso empezarían a conocer su provincia y la Región de Murcia (que bonica es, copón). Podrían poner las pantallas con documentales sobre la zona como en el Euromed Alicante-Barcelona, que siempre me toca tragarme uno sobre la Ciudad de las Artes y las Ciencias (me sé los diálogos en tres idiomas ya).Lamentablemente, me temo que estamos ante otro choque de competencias que no interesa a las autoridades… Pero creo que a los trenes se les puede sacar muchísimo partido como soporte publicitario, es cuestión de creatividad…
Estoy totalmente de acuerdo contigo Alex, excepto en lo que dices que no es turístico. Yo no hablo de convertir un cercanías en el Transcantábrico, simplemente es aprovechar un espacio «vacío» donde cada día se suben unas 14.000 personas (turistas incluidos) para dar a conocer algo más; el típico destino que conoce todo el mundo no lo necesita.
¿Por que no vaya por la costa significa que ya no puede explotarse, turísticamente hablando? Yo creo que son motivos más que suficientes para conseguir ser el apoyo turístico complementario que necesita el litoral. Incluso la idea de hacer vagones temáticos podría ser muy interesante.
Gracias como siempre por tu aportación! ;-)
Yo estoy con lo que ha comentado Alex Bernabeu. Creo que es un soporte publicitario como otro cualquiera. Y si el tipo de publicidad que se instala es turística y beneficia a las localidades que recorre mejor que mejor. Pero, ¿hasta que punto esas localidades pueden invertir dinero en este tipo de acciones? Porque no es lo mismo un video corto (dadas las duraciones de los trayectos) para proyectar en unas pantallas que todavía no hay instaladas, que forrar el interior de los vagones o simplemente poner cabeceros personalizados, esos que van siempre sucios y grasientos de las cabezas de los pasajeros. Y multitud de más soportes que se podrían diseñar con un poco de creatividad. Sin olvidarnos de una conexión WiFi para poder hacer uso de los amados códigos QR. Pero como he dicho, no todas las localidades pueden hacerse cargo o les interese, por lo que lo ampliaría a cualquier empresa. ¿Supongo que escuchasteis la noticia de la estación de metro Madrid de Sol y Samsung Galaxy creo que era…? O ¿qué tal algo más personalizado? Cómo que se anuncie una empresa de restauración, hoteles, tiendas, centros comerciales y demás cercanos a las estaciones de tren… En fin, multitud de ideas, mucha creatividad, pero sobre todo que sirva para el beneficio del pasajero, con una bajada del precio del billete, con vagones más confortables, etc. Y en cuanto al intrusismo de la publicidad en nuestras vidas, ¿todavía no nos hemos dado cuenta de que esto va a más? Lo mejor es aceptarlo y adaptarlo para que no sea un intrusismo, sino un beneficio para todos.
Es cierto, es un soporte publicitario más pero, en este caso, sin explotar. El turismo cada vez más se lleva unos buenos pellizcos del presupuesto municipal, es simplemente valorar y hacer un estudio del posible ROI que se puede obtener. El tema de instalar pantallas yo lo descartaría de raíz, es más de lo mismo y para eso ya tenemos la televisión; igual que los cabeceros, ¿de verdad una marca que no sea de champú quiere anunciarse ahí?
Tampoco veo posible el wifi en los trenes de cercanías, ya que su duración es relativamente corta (no lo tienen ni los de media-larga distancia) y por tanto la instalación de códigos QR sería una opción para unos pocos (aunque cada vez seamos más).
En definitiva, hace falta creatividad para sacarle un rendimiento económico a estos espacios tan desalmados. ¡Hay que poner unas notas de color en la vida!
Gracias por tu comentario Fran! ;-)
Un post buenísimo Juando! Enhorabuena de nuevo!
Y casi que no tengo nada que decir, porque estoy totalmente de acuerdo contigo.
Muchas gracias por tu apoyo incondicional Marian! ;-)